03 abril 2021

PERSONAL NO QUIERE USAR EPP POR FALTA DE COMPROMISO

¿Por qué mi equipo no usa el EPP? Más allá del castigo, entendamos las causas

Uno de los comentarios más comunes que escuchamos de supervisores y encargados de personal es:
“¡Cómo batallo para convencer a la gente de que use su equipo de protección personal (EPP)!”

Y es cierto. En muchos centros de trabajo, el uso del EPP sigue siendo un reto diario. Las respuestas más comunes a este incumplimiento suelen ser acciones correctivas de tipo punitivo:

  • Llamadas de atención

  • Amonestaciones por escrito

  • Reentrenamiento en seguridad

  • Incluso despidos justificados

Sin embargo, ¿cuántas veces nos detenemos realmente a preguntar por qué no se está usando el equipo?
¿Nos tomamos el tiempo de tener una conversación significativa con la persona involucrada?
¿Hacemos las preguntas correctas para entender la verdadera causa?


Más allá del “no lo quiere usar”

Como responsables del personal que utiliza EPP, debemos asumir que no siempre se trata de desobediencia o falta de compromiso. Muchas veces, los motivos tienen que ver con la disponibilidad, funcionalidad o comodidad del equipo. Vale la pena hacernos preguntas como:

Sobre los guantes:

  • ¿Ofrecemos tallas adecuadas o solo hay una medida disponible?

  • ¿Están en buen estado o ya presentan roturas y desgaste?

Sobre las botas de seguridad:

  • ¿Son cómodas?

  • En trabajos eléctricos, ¿los casquillos son dieléctricos o siguen siendo metálicos?

  • ¿Son demasiado pesadas? Hoy en día hay opciones más ligeras que cumplen con las normas.

Sobre los lentes de seguridad:

  • ¿Están rayados al punto de afectar la visibilidad?

  • ¿Son tan incómodos que el trabajador los evita durante el turno completo?

Sobre los trajes contra arco eléctrico:

  • ¿Tenemos distintas tallas disponibles?

  • ¿Son realmente funcionales y están certificados?

Sobre la ropa de trabajo en general:

  • ¿El material es el adecuado según el clima?

  • ¿Genera incomodidad excesiva (mucho calor o frío)?

Si detectamos problemas en estas áreas, es momento de revisar y mejorar nuestro sistema de entrega y reposición de EPP. No podemos exigir el uso de algo que no está en condiciones óptimas.


¿Y si el problema no es el EPP?

Otro aspecto que a menudo se pasa por alto es el estado de ánimo o nivel de satisfacción del trabajador. El incumplimiento en el uso del equipo también puede ser una forma de manifestar inconformidad, especialmente cuando hay otros signos como:

  • Comentarios negativos sobre decisiones del supervisor

  • Retrasos constantes

  • Falta de participación en reuniones

  • Desinterés en procesos de mejora continua

¿Y si el mal uso del EPP es una señal de que algo más no está bien?
Puede haber problemas más profundos: falta de reconocimiento, herramientas inadecuadas, sueldos bajos o ausencia de comunicación efectiva.


La clave: compromiso y diálogo

Antes de tomar medidas disciplinarias, lo más valioso que podemos hacer es tener una reunión uno a uno (one-on-one) con el colaborador. Preguntar, escuchar y comprender.

“¿Qué te impide usar el EPP como se debe?”
“¿Qué mejorarías del equipo que te damos?”
“¿Cómo te sientes en tu día a día?”

Estas conversaciones nos permiten identificar causas reales y generar soluciones efectivas. Y si, después de este proceso, se confirma que se trata simplemente de una falta de compromiso, entonces sí será momento de aplicar las medidas correctivas necesarias, respaldados por un proceso claro, justo y bien documentado.


Reflexión final

Promover el uso del EPP no debe ser una lucha constante, sino parte de una cultura de seguridad basada en el entendimiento, la empatía y el compromiso mutuo.
Porque proteger a nuestro equipo va más allá de imponer reglas: se trata de crear condiciones para que todos quieran cuidarse a sí mismos.


Compromiso

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